A la imagen de Jesús


 
Muchas veces pensamos que la manera en que Dios obra en su pueblo es haciendo lo que nosotros deseamos. Creemos que nuestros planes son correctos, pero ¿se imagina si Dios concediera todas las cosas que queremos? Piense en su vida, piense en aquello a lo que Dios respondió negativamente ¿Qué hubiera pasado si Dios se lo hubiera dado en ese instante?

Todo lo que Dios hace es para nuestro bien. Él siempre toma las decisiones correctas. Cada uno de sus actos son santos y justos. Incluso aquello que no nos agrada, que nos causa dolor y sufrimiento, nos ayuda a bien.

«Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos» (Romanos 8:28-29 LBLA)

Pablo escribiendo sus epístolas en prisión. Por W.J. Linton.

Pablo escribe desde la experiencia, él sabe lo que es la debilidad y el sufrimiento, en su ministerio fue azotado muchas veces, fue apedreado y padeció en sus viajes.

Los seguidores de Jesús sufren y Pablo no esconde ese hecho. El sufrimiento es parte del «camino” del creyente. Por eso usa la metáfora de una mujer con dolores de parto (cf. Rm 8:22), porque el sufrimiento de la Iglesia es temporal pero al final del camino el gozo es eterno.

Lidiamos con el dolor, la enfermedad, el cansancio y la debilidad, pero este cuerpo mortal será redimido a un cuerpo incorruptible y viviremos eternamente con nuestro Señor, pues todavía no somos lo que un día seremos. Nos deleitamos en Cristo, sabiendo que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Dios nos ha llamado con un propósito y ese propósito es ser como Cristo.

Ser hechos a la imagen de Jesús es la obra magistral que nuestro hacedor está completando. Dios usa medios para cumplir su propósito, y el sufrimiento es parte de estos medios. Este es el contexto de tan famosa promesa: «todas las cosas les ayudan a bien». Hay un objetivo en la mente de Pablo, hay un bien supremo al que todo lo demás esta sujeto. El bien en el plan divino es que seamos como Jesús y que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Por esta razón debemos tener cuidado al interpretar este versículo como si todo lo que nos ha de acontecer es algo «bueno» desde una perspectiva humana. Si usted pierde su trabajo y piensa en este versículo bíblico diciendo «A los que aman a Dios todo le ayuda a bien, perdí este trabajo pero vendrá un trabajo con mejor sueldo», es posible que esto no acontezca. Quizás por medio de esta triste circunstancia Dios este moldeando su carácter y aumentando la fe para que aprenda a depender aun más de la providencia de Dios.

En medio de la aflicción y las adversidad no olvide cual el es «bien» de Dios, recuerde el propósito divino al que hemos sido predestinados: ser conformado a la imagen del Hijo.

Jesús es nuestro ejemplo a seguir. Observe la vida de Cristo, no fue una vida llena de deleites y riquezas, al contrario, siendo Dios eterno vino a este mundo como siervo y fue despreciado, traicionado, abandonado, torturado y asesinado. Siendo completamente justo padeció por nosotros, los injustos (1 Ped 3:18).

Por lo tanto, dejemos que nuestro carácter sea moldeado en medio de las alegrías y las aflicciones. Vivamos con gozo cada circunstancia, sabiendo y confiando que el que comenzó la buena obra en nosotros la ha de perfeccionar (cf. Fil 1:6). Reconociendo que Dios tiene todo bajo control, que podemos confiar en Él y que ninguna circunstancia, por mala que sea, nos podrá separar del amor de nuestro Dios.

Asi que, los que aman a Dios, los que han sido llamados, los que creen en su nombre, deben estar confiados y seguros sus manos. Todo lo que necesitemos en esta vida para alcanzar el propósito divino, llegar a la meta, ser como Cristo, nos será dado, inclusive el sufrimiento y el dolor que moldea nuestro carácter.

Imitemos a nuestro Señor, con gozo enfrentemos el dolor y «corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios» (Heb 12:1-2).


J.P. Zamora

Un pensamiento en “A la imagen de Jesús

  • 3 de julio, 2017 at 15:28
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    «Por esta razón debemos tener cuidado al interpretar este versículo como si todo lo que nos ha de acontecer es algo “bueno” desde una perspectiva humana… Jesús es nuestro ejemplo a seguir.»

    ¡Maravillosa reflexión JP! Muchas gracias.

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