Cuatro visiones sobre los dones milagrosos

Uno de los temas que causa controversia el día de hoy entre el mundo evangélico es el de los dones milagrosos. Con el surgimiento del pentecostalismo y los grupos carismáticos, han surgido diversas preguntas sobre el actuar del Espíritu Santo en la Iglesia contemporánea: ¿Siguen existiendo personas con dones milagrosos? ¿Es verdad aquello que llaman “hablar en lenguas”? ¿Acaso hay hombres con la capacidad de sanar? ¿Debemos buscar los dones de profecías?

Frente a estas preguntas hay diferentes respuestas y puntos de vista dentro del mundo evangélico. Siguiendo a Wayne A. Grudem 1, quiero compartir con ustedes cuatro posiciones ante el debate de los dones milagrosos.

«El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará» (1 Corintios 13:8-9 LBLA)

CESACIONISTA

Una de las posiciones frente a esta controversia es la que se conoce como cesionista. Esta postura sostiene que los dones milagrosos han cesado, por lo que en la actualidad no deberían estar en ejercicio. Para este grupo, el hablar en lenguas, la profecía y los dones de sanidad, tenían un propósito apostólico, por lo cual una vez establecidos los cimientos de la fe y cerrado el Nuevo Testamento, dejó de ser necesario su ejercicio.

Es importante aclarar que los cesacionistas no niegan la labor sobrenatural del Señor, ni la intervención divina, o que el Espíritu Santo entregue dones. Ellos solamente se oponen a sostener la vigencia y continuidad de los llamados dones milagrosos.

CAUTELOSA

Al igual que la visión anterior, la postura abierta, pero cautelosa, reconoce que Dios obra sobrenaturalmente. Reconocen que el Señor interviene en la historia de manera milagrosa y que ha obrado en el pueblo de Dios por medio de «dones espirituales milagrosos». Ahora bien, como la Biblia no enseña explícitamente el cese de ciertos dones, no se puede negar que Dios obre de esa manera en la actualidad. Sin embargo, al tomar en cuenta la enseñanza amplia de la Escritura, se puede apreciar que no es una regla para la Iglesia experimentar estos dones milagrosos.

PENTECOSTAL / CARISMÁTICA

La postura pentecostal clásica afirma que todos los dones mencionados en la Biblia, incluidos los milagrosos, siguen vigentes y son herramientas dada por el Señor para la edificación de la Iglesia.

A esta continuidad de los dones extraordinarios se suma la doctrina conocida como la «Segunda bendición». Esta enseñanza sostiene que el creyente debe buscar el Bautismo del Espíritu Santo, para así ser capacitado con poder. Este bautismo es una experiencia posterior a la conversión (o extra-conversión 2), y cuando ocurre, la evidencia física inicial es el hablar en lenguas.

TERCERA OLA

William J. Seymour
William J. Seymour. Iniciador del pentecostalismo.

El cuarto punto de vista es el conocido como Tercera ola —entendiendo al pentecostalismo como la primera ola y al movimiento carismático como la segunda— o neopentecostalismo. Esta perspectiva sostiene que el patrón del Nuevo Testamento es que la proclamación del evangelio iba acompañada, comúnmente, por prodigios y milagros. Por esta razón, los creyentes deben buscar, continuamente, el ser “llenos” del Espíritu Santo.

A diferencia de los pentecostales clásicos, este grupo entiende que el bautismo «del» o «con» el Espíritu Santo, ocurre en la conversión. Por otra parte, este grupo, si bien creen en la vigencia del don de lenguas, no piensan que sea “la señal” que deja de manifiesto el bautismo del Espíritu, puesto que todo creyente en la conversión ha sido bautizado por el Espíritu.

«Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu» (1 Corintios 12:13 LBLA)

Estas cuatro posiciones son un intento de categorizar las diversas visiones que dentro del mundo evangélico existen acerca de los dones milagrosos. Ciertamente, no representan todas las perspectivas que puedan existir, pero son un interesante acercamiento a estos debates.

Asimismo, si usted quiere conocer la interpretación de ciertos textos, la definición del uso de los dones o cuáles son los pro y contras de cada posición, les recomiendo —una vez más— el libro editado por Wayne A. Grudem: ¿Son vigentes los dones milagrosos?

Descargar “¿Son vigente los dones milagrosos?”

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Por otro lado, hace algún tiempo, junto a Mauricio A. Jiménez, dialogamos sobre los dones milagrosos y respondimos a ciertas objeciones contra la continuidad de estos. Puede revisar tal conversación aquí.

Por último, es importante reconocer que el debate está abierto. Si bien pueden existir grandes diferencias en la manera en que entendemos la vigencia y el uso de los dones extraordinarios, compartimos la importancia y necesidad que tiene la Iglesia del ser llena del Espíritu Santo.

¿Qué piensa usted? ¿Cuál postura sostiene frente a la vigencia de los dones milagrosos?


J. P. Zamora

  1. – Grudem, Wayne A. (2004). ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista. Editorial Clie.
  2. – Grudem, Wayne A. (2004). ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista. Editorial Clie. p.240

Un pensamiento en “Cuatro visiones sobre los dones milagrosos

  • 13 de julio, 2022 at 11:02
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    Yo opino que debe haber un cierto equilibrio entre estás cuatro posiciones. Estoy totalmente de acuerdo con algunos comentaristas que afirman que (creo que leí a Mauricio Jiménez sobre esto también, un excelente artículo del continuismo) Dios ha obrado esporádicamente en la historia de la iglesia con diversas manifestaciones milagrosas. Que en la historia de la iglesia la intervención de Dios haya variado, no es para nada un argumento para el cesacionismo. Esto simplemente, diría yo, que se debe bien a la soberanía de Dios o a la responsabilidad de la iglesia. No estoy de acuerdo con el punto de vista del pentecostalismo clásico o el carismático sobre la segunda bendición. Afirmo el punto de vista neopentecostal (que creo es también el reformado), en ese asunto. Me gusta la línea que tiene Gordon Fee en estos temas.

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