Los evangélicos tenemos la hermosa tradición de regalar Biblias a nuevos creyentes. Para nosotros, este no es cualquier libro, sino uno que puede transformar vidas. Por esta razón, acostumbramos a obsequiarlas, incluso como forma de evangelismo, ya que creemos que al sumergirse en su lectura, las personas se rendirán a los pies de Cristo.
Leer la Escritura es —en nuestra experiencia cristiana— algo maravilloso. Sin embargo, acercarse a la Biblia no es algo sencillo. Hay muchas dudas que surgen de su lectura, muchas cosas que no se entienden fácilmente, y muchos versos donde podemos tropezar.
Recuerde sus primeros acercamientos a este libro Sagrado. ¿Fue capaz de comprenderlo completamente? ¿Qué preguntas surgieron en esos momentos? ¿Tenía alguna idea preconcebida acerca de la Escritura? Una cosa es leer la Biblia, otra cosa distinta es entenderla, y ¡otra cosa muy diferente es usarla de manera responsable!1. El profesor Michael F. Bird, en su libro «Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia», nos recuerda la importancia de esta distinción.
1.- LA BIBLIA NO CAYÓ DEL CIELO.
Aunque es poco probable que usted crea que la Biblia llegó literalmente del cielo en su forma actual, con su encuadernación, división en libros, capítulos y versículos, es fundamental entender cómo este conjunto de escritos se convirtió en lo que conocemos hoy. Este es el primer tema que aborda Bird en su libro.
Haciendo un viaje por la historia del canon bíblico hebreo, el autor nos sumerge en la evolución del Antiguo Testamento, lo complejo de este proceso y cómo distintas comunidades tenían diversos grupos de libros a los que consideraban inspirados. Esta diversidad condujo a debates que persisten hasta el día de hoy, especialmente en relación con los textos apócrifos y deuterocanónicos.
Una vez trazadas las líneas que dieron forma al canon del Antiguo Testamento, el autor se adentra en el Nuevo Testamento. Examina la autoría de los evangelios, las controversias en torno a las cartas paulinas, nos introduce a las epístolas generales y concluye con una mirada al Apocalipsis. Además, toca los eventos históricos que nos llevaron a discutir sobre un canon oficial y cuáles fueron los parámetros que se siguieron para considerar un texto como canónico.
2.- LA BIBLIA ES DADA POR DIOS Y COMPUESTA POR HUMANOS.
En su segundo punto, el profesor Bird nos sumerge en el tema de la inspiración de la Escritura. Porque si bien, afirmar que la Biblia es Palabra de Dios implica la divinidad del mensaje, también somos conscientes —como vimos en el primer punto— que este libro es muy humano.
Con el propósito de arrojar luz sobre este asunto, el autor inicia reflexionando sobre lo que la Biblia dice sobre sí misma, para luego adentrarse en las múltiples perspectivas que los cristianos han sostenido en relación con la inspiración. Finalmente, nos explica y profundiza en su propia posición al decir que la inspiración es principalmente Dios guiando y conduciendo las mentes humanas a nivel conceptual2.
3.- LA ESCRITURA ES NORMATIVA, ESO NO ES NEGOCIABLE.
Luego de abordar la inspiración e inerrancia de la Biblia, Michael F. Bird profundiza en el tema de la autoridad de las Escrituras. Según el autor, este aspecto marca una línea divisoria fundamental entre el cristianismo ortodoxo y el cristianismo liberal y progresista. El profesor Bird expone que este asunto le inquieta particularmente, ya que observa que ciertos grupos sólo otorgan autoridad a pasajes bíblicos que respaldan sus posturas políticas individuales, mientras descartan otras secciones que no se ajustan a sus creencias.
Para muchos cristianos, la cuestión puede parecer simple: «Si la Biblia lo dice, yo lo creo». No obstante, nos encontramos con numerosos pasajes que nos desconcertarían y presentarían desafíos si los interpretáramos de tal manera. Un ejemplo que se menciona se halla en Deuteronomio 22:28-29, donde se ordena que la víctima de una violación debe casarse con su agresor. Aplicar esta norma en la actualidad resultaría altamente problemático3.
«Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella […] ella será su mujer porque la ha violado»
La solución a este dilema, y a otros que el autor aborda en este capítulo, no implica descartar la Biblia como norma de fe y conducta, ni tampoco socavar su autoridad. Más bien, reside en profundizar en la comprensión de lo que verdaderamente es tal autoridad.
Con el fin de ayudarnos a comprender lo que implica la autoridad bíblica, el profesor Bird desarrolla este complejo tema en seis partes:
- Discernir entre lo preceptivo y descriptivo.
- Comprender que muchos mandamientos no son aplicables a nosotros.
- Entender que la Biblia detalla, muchas veces, realidades cruentas y no situaciones ideales.
- Observar los mandamientos a la luz de la revelación progresiva.
- Reconocer la autoridad suprema de Jesús.
- Revisar nuestras doctrinas buscando la sabiduría de Dios en asuntos de fe y práctica.
Más allá del gran pantano de la normatividad y de la autoridad —dice Bird— los aliento a recordar que Dios nos confronta con sus demandas en la Escritura para que las obedezcamos, y no para que nos comprometamos a medias con las cosas que son momentáneamente convenientes4.
4.- LA BIBLIA ES PARA NUESTRO TIEMPO, PERO NO ACERCA DE NUESTRO TIEMPO.
Aunque la Biblia es para nosotros, no fue escrita a nosotros, ni se trata de nosotros5. Cualquier persona que haya leído la Biblia seguramente ha notado que el mundo que se presenta en sus páginas difiere del nuestro. Existe una brecha considerable que nos separa del contexto histórico que se describe en sus relatos. Este distanciamiento puede llevar a malentendidos y errores si aplicamos los versículos bíblicos sin un estudio adecuado.
«Cualquiera que solo conoce la Biblia, y no conoce la vasta historia de la antigüedad, realmente no conoce la Biblia» Michael F. Bird. Share on XEn el cuarto capítulo, el autor explora el tema del «contexto» y resalta la importancia de poseer algún nivel de conocimiento histórico al aproximarnos a las Escrituras, con el fin de evitar distorsionar la enseñanza bíblica. En este sentido, el profesor Bird nos aconseja no temer utilizar material extrabíblico para adquirir una mejor comprensión del trasfondo histórico. Además, ilustra su punto con ejemplos de diversas secciones de la Biblia, mostrando cómo el conocimiento contextual nos ayuda a entender de manera más precisa las enseñanzas que Dios nos ha dejado.
Al concluir el capítulo, el autor nos alienta a adentrarnos en la lectura de textos antiguos, como los escritos de Josefo, los Rollos del Mar Muerto, los Apócrifos, las crónicas de Tácito y las obras de los Padres Apostólicos. Adicionalmente, nos deja una cita algo escandalosa, pero que busca remecer nuestra manera de acercarnos al texto sagrado:»… cualquiera que solo conoce la Biblia, y no conoce la vasta historia de la antigüedad, realmente no conoce la Biblia«6.
5.- DEBERÍAMOS TOMAR LA BIBLIA EN SERIO, PERO NO SIEMPRE LITERALMENTE.
El quinto capítulo se centra en el tema de la interpretación. Muchas personas argumentan que la mejor forma de interpretar la Biblia es tomarla de manera «literal». Sin embargo, no todos utilizan la palabra «literal» de una forma literal. Bird presenta un diálogo para ilustrar este punto:
«Cuando Jesús dice: «Yo soy la puerta», y «Yo soy la vida verdadera», ¿realmente piensas que Jesús es literalmente una puerta de caoba de 2 metros o que literalmente es una parra enredada al costado de una colina repleta de jugosas uvas rojas?7»
Este ejemplo nos demuestra que es imposible interpretar la Biblia de manera completamente literal, todos nos aproximamos a las Escrituras con algún método de interpretación, algunos más serios y rigurosos que otros. En este contexto, el autor nos aconseja comprender el texto bíblico a través de cuatro parámetros fundamentales:
- Contexto. Explorar el escenario histórico, literario y canónico de un texto.
- Contenido. Investigar el género, la historia, el argumento, la intertextualidad y los mandamientos de un texto.
- Interés. Identificar la intención primaria del autor.
- Aplicación contemporánea. Preguntarnos ¿Qué hago con esto?
La labor de interpretar los textos bíblicos es una tarea compleja. Incluso personas eruditas y apasionadas por la Escritura pueden llegar a conclusiones distintas. No obstante, los consejos proporcionados en este capítulo nos ayudan a abordar esta tarea con seriedad y profundidad.
6.- EL PROPÓSITO DE LA ESCRITURA ES CONOCIMIENTO, FE, AMOR Y ESPERANZA.
Todo lo que hemos visto hasta aquí tiene un propósito profundo. El enfoque del estudio bíblico no se reduce a adquirir consejos útiles para la vida ni a desarrollar una erudición con el fin de sentirse superior a otros. El propósito de las Escrituras son acercarnos a Dios, a su amor y a sus promesas en Cristo Jesús.
«Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:16-17 LBLA).
Si consideramos la Biblia, únicamente, como un conjunto de reglas o un manual de entrenamiento, estaremos limitando su verdadero propósito. Michael Bird nos recuerda que a través de sus páginas, podemos obtener un conocimiento auténtico de Dios, percibir cómo la Palabra de Dios nos guía hacia la fe, nos impulsa a crecer en el amor al Señor y hacia quienes nos rodean, y nos proporciona la paciencia que proviene de la esperanza cristiana.
7.- JESUCRISTO ES EL CENTRO DE LA BIBLIA CRISTIANA.
El evangelio de Lucas narra un encuentro en el que Jesús resucitado se encuentra con sus discípulos en el camino a Emaús. Durante este encuentro, el Señor les explica cómo las escrituras del Antiguo Testamento hacen referencia a Él8. Por este motivo, una creencia central en la comprensión cristiana de la Escritura, debería ser que Jesús cumple lo que fue prometido a Israel en el Antiguo Testamento acerca del Mesías y que Jesús continúa siendo el tema principal del Nuevo Testamento9.
Michael Bird sostiene que el Antiguo Testamento no se limita a ser simplemente una preparación para la venida de Jesús. Los textos del Antiguo Testamento tienen como objetivo la revelación de Dios en Cristo. No obstante, debemos tener cuidado de «Jesuficar» todo, ya que al hacerlo podríamos perder de vista otros aspectos importantes en la lectura de las Escrituras.
En este capítulo, el autor nos instruye sobre la importancia de reconocer que la Biblia posee una dimensión cristotélica, pero también una dimensión teocéntrica, una dimensión moral y una dimensión eclesiástica. No debemos descuidar ninguna de estas perspectivas, es fundamental entender que aprender todo el consejo de Dios requiere un enfoque interpretativo prudente y holístico10.
APÉNDICE
Como punto final, el libro nos brinda un apéndice que recopila las cinco citas del Antiguo Testamento más usadas en el Nuevo Testamento. Asimismo, nos enseña cómo estos pasajes fueron empleados en la predicación apostólica, brindándonos así una valiosa herramienta para profundizar y comprender cómo deberíamos utilizar los versículos del Antiguo Testamento en nuestra propia predicación, a la luz de Cristo.
En definitiva, este libro cumple con sus promesas. Aquellos que han estado estudiando la Biblia durante un tiempo reconocerán que muchos de los temas abordados son de suma importancia para la formación cristiana. Muchos de nosotros podríamos haber evitado conflictos y malentendidos, en relación con todas estas interrogantes, si hubiéramos tenido acceso a esta obra al comenzar nuestra vida cristiana.
Este libro es una recomendación valiosa para cualquier creyente, ya sea que lleves décadas en los caminos del Señor o que hayas recibido una Biblia, como regalo de evangelismo, hace un par de horas.
Michael F. Bird es decano académico y profesor de teología en el Ridley College de Melbourne, Australia. Es un sacerdote anglicano y autor de más de una docena de libros, que se enfocan en temas relacionados con la historia del cristianismo primitivo, la teología y cuestiones contemporáneas.
Si desea obtener más información sobre el libro mencionado en esta reseña, puedes visitar el sitio web de la Editorial Clie o descargar una muestra gratuita de la obra de Michael F. Bird.
J. P. Zamora
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, XIV. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 34. ↵
- – cf. Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 51. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 64. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 65. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 79. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 84. ↵
- – cf. Lucas 24:25-27. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 123. ↵
- – Bird. Siete cosas que desearía que todo cristiano supiera sobre la Biblia, 132. ↵